«Cifu», un clásico
Juan Claudio Cifuentes, «Cifu», falleció en Madrid a los 74 años a causa de complicaciones derivadas de un derrame cerebral, un ictus, según un comunicado de RTVE, donde ejerció su magisterio de gran comunicador desde hace más de 40 años. «Cifu» fue el responsable de propagar el jazz en España a través de sus programas radiofónicos y de televisión. Cuando nombres como John Coltrane, Charlie Parker, Miles Davis o Art Blakey eran grandes desconocidos para la mayoría de los aficionados, sobre todo porque todavía no sabían que eran aficionados al jazz porque todavía no lo habían escuchado, «Cifu» nos abrió las orejas.
Hablé por primera vez con Cifu a mediados del 2000. Para mi sorpresa, me llamó por teléfono para comentarme el lanzamiento de la colección Jazz en España, editada por el sello discográfico de RTVE. ¡No me lo podía creer!, la gran referencia periodística del jazz en España me estaba comentando el proyecto que iba a poner en marcha y me pedía su apoyo para propagarlo, además de pedirme una dirección a la que pudiese enviarme los discos. Por supuesto que escribí una reseña para el periódico sobre dicha colección y de varios de los discos publicados. Cifu estaba encantado con la idea de poner en marcha esta iniciativa. Recuperar parte del fantástico archivo de grabaciones históricas con las que cuenta RTVE, que trazan el desarrollo del jazz en España. La conversación derivó hacia otros asuntos relacionados con el jazz y al final recuerdo que me dijo: «ojo, en Galicia tenéis muy buenos músicos de jazz». Por supuesto, no se equivocaba.
Unos años más tarde tuve la oportunidad de conocerlo personalmente. Fue en A Coruña, en el club Filloa, durante la presentación de una de las ediciones del Ciclo 1906 de Jazz. Charlamos durante un buen rato. De jazz, por supuesto. De músicos, de discos, de grabaciones, de formaciones, de la escena… le encantaba perderse en los detalles. Joer! estoy seguro que recordaba hasta del traje que llevaba Coltrane cuando grabó A Love Supreme... Cifu era así, un hombre amable, sencillo y accesible. Me contó mil detalles y anécdotas de su trabajo, tanto de sus programas de radio, como del mítico espacio de televisión Jazz entre amigos, que, por cierto, «todavía recuerdo el que grabamos aquí, en el Filloa», comentó.
Trayectoria
Juan Claudio Cifuentes nació en París cuando esta ciudad se convirtió en refugio para los grandes jazzistas norteamericanos. Allí se infectó de jazz y en 1961 se trasladó a España. Pronto empezó a escribir artículos para la revista Aria Jazz, lo que le convierte en uno de los pioneros en divulgar en la prensa jazzística española, además de escribir la primera guía profesional del jazz en España. Llevaba vinculado al mundo musical desde mediados de la década de los 60, cuando comenzó a trabajar en la industria discográfica, además de presentar míticos programas radiofónicos como Jazz porque sí, inconfundible por la sintonía de Milestones, de Miles Davis. Este espacio llevaba emitiéndose desde 1971 de manera ininterrumpida en diferentes emisoras y se había convertido en el programa que más tiempo llevaba en antena con el mismo presentador. También era director y presentador de A todo jazz en Radio 3 los fines de semana. Se puso también delante de las cámaras de Televisión Española con Jazz entre amigos, un programa que estuvo en antena durante siete años en La 2. Por allí desfilaron las grandes figuras del jazz de todo el mundo a lo largo de más de 300 programas que aún se conservan en el archivo de RTVE.
El pasado 6 de febrero Juan Claudio Cifuentes fue galardonado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2014, premio concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para distinguir a las personas y entidades que han destacado de modo eminente en el campo de la creación artística. «Lo verdaderamente importante para mí es que el jazz suene en esas medallas», dijo al conocer el premio. En 2010 obtuvo un merecidísimo Premio Ondas por su labor de difusión y divulgación del jazz.
Para Cifu, su trabajo no era una profesión, «porque no la enseñan en ninguna facultad», justificaba, sino su «pasión», y su motivación era la «curiosidad infinita»; leer todos los libros de jazz que pasaban por sus manos y escuchar «todos los discos que puedas comprar».
Fue un placer conocerlo y escucharlo durante muchos años. Si me permitís, despido esta pequeña reflexión como lo haría él al final de uno de sus programas: «Besos, abrazos, carantoñas y achuchones múltiples para todos y todas». ¡Hasta siempre!
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