viernes, 17 de agosto de 2012

ABE RÁBADE, pianista







 «Concibo el trío como
una banda en proceso»




«A Modo» (Karonte, 2012) es el quinto proyecto del pianista Abe Rábade al frente de su trío. Amodo (despacio en gallego) parece ser también la actitud del compositor gallego en esta fase clave de su trayectoria, proporcionando a sus trabajos tiempo suficiente para la maduración, además de someter a sus nuevos temas a la dinámica del directo sobre el escenario antes de sellarlos en una grabación. Abe Rábade habla aquí de su nuevo disco, pero también da detalles de su proceso de creación, de su avanzada empatía con los integrantes de su trío, Pablo Martín Caminero y Bruno Pedroso, además de desvelar alguno de sus proyectos más inmediatos.






En «A Modo» sigues la línea de tu anterior disco, «Zigurat», pero quizá, bajo mi punto de vista, dando más margen a la experimentación.

 El trío lo concibo como una banda en proceso. El cambio de repertorio de Zigurat a A Modo fue gradual. Fuimos introduciendo temas nuevos en el repertorio anterior de forma que el material fue madurando de forma muy natural y solo cuando los temas estaban absolutamente asimilados fue cuando nos metimos en el estudio a grabar. El propio proceso de A Modo fue muy amodo (despacio) y por eso siento la transición de un disco a otro como nada forzada. Por otra parte, se trata de un nuevo disco que hay que analizar con sus propias características.

 Abres con «9 contra 4», corte que tiene mucho de experimentación rítmica.

 Cierto. Son temas experimentales en los que pongo en práctica una de las fuentes de conocimiento más atractivas que tuve, el sistema rítmico hindú, que cruza unos ritmos con otros. Por buscar puentes con Zigurat, este nuevo disco incluyo también el Transito nº 3, y en Zigurat era Tránsito nº 2. En definitiva lo que trato es de potenciar al máximo el sonido de Bruno, el de Pablo y el mío como solistas y propiciar la interacción entre los tres.

 Sobre ese aspecto, se nota mucha más interacción entre vosotros que en anteriores entregas.

 Llevamos cuatro años tocando juntos de forma estable y en festivales importantes, lo que se traduce en que el trío crece y además de la interactividad que mencionas creo que ha evolucionado también en la dinámica de grupo y en la gama de volúmenes que manejamos, lo que nos permite matizar mucho los temas, aunque vayamos de un extremo a otro. Antes decía lo del trío en proceso y se nota precisamente en este tipo de detalles, además de que cada vez los tres nos sentimos más cómodos tocando juntos.

 ¿Dejas libertad a Pablo y a Bruno para que asimilen los temas con su propio lenguaje o tratas a atar determinados aspectos de los solos?

 Tengo una voluntad clara por no atar, de hecho la propia génesis de este trabajo y de mi propia música y del trío está mi apuesta de conducir pero no atar. De hecho creo que la gran apuesta es tener a las personas que integran mi proyecto contentas en su propia área para que ellos se puedan expresar en lo que son realmente fuertes porque es muy enriquecedor. Mi función como líder del grupo es proponer el material con el que trabajamos y conducir un poco la situación.

 El corte «9 contra 4» gira en torno a un motivo rítmico que inicias tú con la mano izquierda; «A modo» es un diálogo entre los tres, muy episódico; «Cómico, tónico y sónico» es una especie de divertimento con mucha carga de swing. ¿En qué piensas cuando abres una extensa paleta de colores como en este trabajo?

 No fue mi intención hacer un disco ecléctico pero de alguna forma la gama de palos que se tocan en este trabajo están formados por muchas estéticas, en concreto, el Cómico, tónico y sónico es un guiño a Monk, pero también es un homenaje a todos los grandes pianistas de swing, en una época en la que el piano era divertido, un juego, una dimensión lúdica muy importante. Yo quería tener esta pieza en el disco como contrapunto a cortes mucho más graves o más serios. Comentabas también el uso de la mano izquierda y esto sí que es algo que estoy explorando muy a fondo en los últimos años y estoy descubriendo que la mano izquierda tiene muchas posibilidades y quiero exprimirlas al máximo, con toda la dificultad técnica que entraña.

 Esta técnica es algo que ya habías puesto en práctica por ejemplo en el «Tránsito nº 2» de «Zigurat», eres consciente de la evolución?

 Bueno, después de años de trabajo, está claro que vas cogiendo más seguridad y sobre todo más profundidad en el sonido.

 Imagino que se trata de técnicas muy exigentes en directo, que pueden plantear problemas en la ejecución, sobre todo por la presión a la que puedes estar sometido.

 Afortunadamente el trío tiene la oportunidad de tocar muy habitualmente y esto es como un seguro de vida. Te puedo decir que no hay papeles, tenemos el repertorio memorizado y esto te da mucha seguridad sobre todo para disfrutar de la música de aspectos más abstractos, pensando en dinámicas, interacción y que los temas enlacen bien unos con otros. En definitiva, intentar que el concierto sea poderoso a nivel emocional y que el público lo disfrute.

 Viendo la estructura del disco y la disposición de los temas, tengo la sensación de que en este proyecto los estilos están más difuminados, un poco como la imagen de la portada.

 Si es cierto. Es más, es algo completamente pactado entre los miembros del trío porque últimamente le doy muchas vueltas al orden de los temas en los discos. Creo que es algo muy importante porque hay que ponerse en el papel de quien escucha y olvidarse momentáneamente de que fui yo el que compuso los temas. Te puedo asegurar que 15 días antes de entregar la lista definitiva de temas de la masterización cambié el primer tema. La razón fue precisamente esto que estamos comentando, el enlace.

 El título, «A modo», supongo que, en parte, tiene que ver con esto que estamos hablando; la actitud de hacer las cosas.

 Sí, es una polisemia y de interpretación abierta. Es un disco muy abierto musicalmente, de buscado diseño minimalista, y en el libreto incluyo también una frase enigmática y soñadora que fijo después de una serie de reflexiones que llevo haciendo estos últimos meses, incluso años, con respecto al poco (o mucho espacio) espacio de libertad que tenemos las personas, que, pienso yo, se produce entre las cosas que pensamos y las cosas que finalmente llegamos a hacer, por tanto, ese espacio que hay en medio es la pequeña esfera que cada individuo es dueño de su destino. A lo que iba, la frase es lo suficientemente ambigua y abierta para que cada uno interprete lo que quiera.


«El próximo disco será de versiones»


 Cómo es tu proceso para llevar un tema a un disco. ¿Es algo que resuelves en solitario o pides opinión a gente próxima?

 El proceso es curioso. En este disco solo hubo un descarte, sobre todo por una cuestión de tiempo, ya que los desarrollos del trío suelen ser largos. Pero el descarte también se testó en directo para comprobarlo. Yo soy cada vez más observante de las opiniones de gente que creo que tiene un criterio preparado. Evidentemente, de mis compañeros, Bruno y Pablo, siempre, pero incluso de personas que están muy próximas al grupo e incluso el productor, manager, buenos amigos, colegas con los que compartes ciertas inquietudes. Creo que este proceso tiene que ser tranquilo y prolongado en el tiempo, para contrastar opiniones con calma.

 Pablo y Bruno aportan su visión a los temas o gestionan la información que tú le vas dando.

 Yo propongo los temas y nunca les presento un arreglo cerrado. La propuesta es mía pero en ocasiones dejo a su criterio determinadas soluciones. Trabajamos los tres con las grabaciones realizadas en directo para matizar pasajes y los tres trabajamos buscando el bien común. Lo que no hago es imponer mi criterio, entre otras cosas porque no tengo una bola de cristal que me diga cómo van a funcionar mejor los temas.

 Parece que está marcado el camino del trío a medio plazo.

 Sí lo está, porque la transición del disco anterior (Zigurat) a este (A Modo) con todo lo que sucedió en medio es algo muy luminoso y con un camino trazado. Ten en cuenta que con Pablo y Bruno no toco solo mi repertorio. Nos estamos viendo muy a menudo en distintas tesituras que no hace más que enriquecer el trío. Por ejemplo a principio de este año grabamos la banda sonora de la película A Cicatriz Branca, de Margarita Ledo Andión, o esta formación es la base para el quinteto del contrabajista Pablo Martín Caminero, un excelente compositor cuya música está cargadísima de flamenco. 

 Con el camino trazado por «Zigurat» y «A Modo», ¿ahora qué?

 Hay un proyecto en mente para un futuro próximo que espero que se concrete y que tiene que ver con revisitar  el repertorio de estos dos últimos discos con orquestación. Me hace mucha ilusión este proyecto porque tendría que meterme en labores de orquestación y arreglos de estos temas.

 Cuando hablas de orquestación, te refieres a una gran orquesta, una big band?

 Sí, sería para una banda grande, posiblemente para una orquesta sinfónica, pero con el trío como solista. Estoy trabajando en ello pero poniendo un margen de tiempo generoso, es decir, quizá para grabar dentro de un par de años. Pero antes de este proyecto grabaremos un disco de versiones, posiblemente el año que viene.

 En realidad, siempre haces un hueco en tus discos para las versiones...

 Sí, es cierto que incluyo una versión en mis grabaciones, pero nunca hice un disco íntegro de versiones. En esta ocasión es algo que nos apetece hacer a los tres. Te puedo adelantar que es un proyecto en el que estoy muy metido antes incluso de fijar los temas. Creo que a estas alturas estoy barajando 17 temas, pero habrá que dejarlo en 9 o 10 cortes.

 El año pasado, «Zigurat» fue mejor Disco de Jazz en los premios de la Música Independiente, entre otros reconocimientos, estás presente en festivales nacionales e internacionales, múltiples colaboraciones..., en fin, que estás viviendo un momento dulce en tu carrera, ¿es así?

 Te puedo decir que me siento bien, y eso se transmite tanto en mi música como en mi estado de ánimo en general. Teniendo en cuenta la situación actual, todos estamos notando el momento que estamos viviendo, ya no solo en el plano musical, sino que como seres humanos que esto está cambiando de una forma vertiginosa y que te hace buscar preguntas para las que parecía que tenías respuesta. Pero en términos generales te podría decir que estoy muy satisfecho por el hecho de poder trabajar con medios y de contar con personas a mi alrededor que me aportan muchas cosas. Pero por otro lado, esta situación implica una responsabilidad muy grande, que me impide dormir en los laureles. En general estoy con muchas ganas y con mucha energía para seguir batallando y estudiando. Estoy estudiando mucho otra vez. Con el poco tiempo que me queda estoy volviendo sobre compositores que me gustan como Bach, mi favorito, y quiero manifiestamente tener su influencia directa porque es el maestro de los maestros. Hay que estudiar a los maestros.

 ¿Crees que cada vez hay menos maestros?

► O cada vez hay menos maestros o cada vez hay menos disposición a saber escuchar a los maestros.

 Para acabar, háblame de dos proyectos que tienes en la recámara; «Kind Steps» y Azos Jazz.

 Sobre Kind Steps te puedo decir que es un proyecto muy curioso. A pesar de estar grabado desde el 2009, todavía está inédito. Todo empezó cuando cuando el batería y productor portugués Mario Barreiros, con el que grabo todos mis discos, me encargó los arreglos de una producción para conmemorar el 50 aniversario del mítico Kind of Blue, de Miles Davis. Últimamente estoy detrás de Mario para que lo edite de una vez, porque el disco es una bomba. Los arreglos están interpretados de forma fantástica por un elenco de músicos internacional; te digo Avishai Cohen, en la trompeta; Ben Van Gelder & Perico Sambeat, saxo alto; Jesús Santandreu, saxo tenor; Carlos Barreto, al contrabajo y Mario Barreiros, en la batería, además de yo mismo, en el  piano y arreglos. En cuanto a Azos Jazz, es una apuesta por producir el jazz que se hace aquí en Galicia, para promocionar tanto a los intérpretes como a los compositores. Por otra parte, Azos también tratará de impulsar todos aquellos encuentros que se produzcan en colaboración entre músicos gallegos e internacionales y que tengan Galicia como sede. La muestra es el proyecto publicado recientemente del batería Bill Goodwin, que tocó en Santiago en 2009 en el Festival de los Abrazos, junto a Adam Niedwood, Paco Charlín y yo mismo. En definitiva, queremos apostar por Galicia como un posible centro de intercambio de ideas.





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