«Cuando el jazz no
suena como jazz»
suena como jazz»
La pasada semana echó a andar en A Coruña la primera edición del Festival Jazzatlántica. Ambrose Akinmusire Quintet fue el encargado de encarrilar esta interesante cita organizada por el Consorcio para la Promoción de la Música (Orquesta Sinfónica de Galicia), que propone un total de ocho conciertos, además de una programación paralela que incluye otros tantos encuentros entre músicos locales en distintos espacios de la ciudad.
El trompetista Ambrose Akinmusire logró convocar a algo más de 300 aficionados en el Ágora, auditorio que cuenta con un aforo de 549 localidades. Con solo dos discos como líder, el último para Blue Note, «When the Heart Emerges Glistening», la propuesta de este joven trompetista recorre los escenarios internacionales con el respaldo de la crítica internacional, que ven en su música la gran esperanza para el futuro del jazz. A mí no me decepcionó y después de escuchar con atención su directo estoy totalmente de acuerdo.
Dio la impresión de que Ambrose Akinmusire decidió retrasar su entrada a escena hasta que el público no estuviera bien acomodado en sus localidades y esperará tranquilo el inicio del concierto. No quería distracciones. Ambrose Akinmusire y su quinteto entraron juntos en el escenario. Como si fuesen uno. Sin saludos. Sin palabras. Sin gestos. En silencio arrancó el concierto. Toda la atención estaba puesta en la música. El set incluyó un par de temas de su último álbum, que sirvieron de portada y contraportada de su nueva propuesta, que según parece continúa donde dejó su anterior trabajo; compromiso con el jazz. Sin concesiones, alejado de fórmulas trilladas del mainstream. Ambrose Akinmusuri vino a A Coruña a contarnos algo y no a mostrarnos lo bien que toca.
El trompetista busca nuevas alternativas en la sonoridad. Salta de registros como si respirase. Su trompeta es precisa tanto en la improvisación, como en la afinación. Brutal. Por arriba, por abajo. Transiciones rápidas. Control y contención en las baladas. Y en los medios tiempos se aleja de los recursos. Trabaja la melodía. Se esfuerza en construir su mensaje encima del escenario, ya sea en solitario o con la ayuda de su quinteto, que no para de aportar ideas.
La banda
El excelente el trabajo de la sección rítmica, Sam Harris, piano; Harish Raghavan, contrabajo, y Justin Brown, batería. Una banda que lanza a su líder una y otra vez y pone el contrapunto reforzando el discurso de Akinmusire. En esa labor destaca Sam Harris, un pianista muy sutil, aunque sin la sonoridad aérea de Gerarld Clayton, con una pulsación precisa y que no duda en lanzarse en solitario a la primera oportunidad. Lo mismo sucede con el batería Justin Brown, secundando con mucho criterio rítmico al resto de compañeros. Por su parte, Harish Raghavan tiene esa labor oscura pero fundamental que aportan algunos contrabajistas. Es el norte, una especie de nave nodriza a la que vuelven todos después de explorar nuevos territorios.
Otra cosa es el saxo tenor Walter Smith III, el gran aliado de Akinmusire en primera línea del escenario. Smith tiene una visión muy actual del jazz; expresividad, transparencia en el sonido, originalidad en tratamiento melódico y creatividad. al incorporar nuevas ideas al debate. Una delicia los intercambios con Akinmusire.
En el concierto recordé una reflexión que me hizo Ambrose Akinmusure durante la entrevista: «Cuando escuchas a alguien por primera vez lo normal sería que te sonase nuevo». Reconozco que en un primer momento no me resultó una frase especialmente destacable. Por obvia, supongo, o eso creía yo. Pero a lo largo del concierto no paró de rebotar en mi cabeza una y otra vez. El jazz que propone Ambrose Akinmusire Quintet no se parece a nada. Es original y arriesgado. Al final, ya en el vestíbulo y comentando el concierto, el contrabajista gallego Xacobe Martínez Antelo (Sumrrá) certificó mis elucubraciones al decirme que le sonó tan distinto que no parecía jazz.
Reconozco que cuando alguien me sorprende tiene toda mi atención, pero cuando alguien me emociona tiene mi respeto. Akinmusire es de los músicos que traspasa la línea de la interpretación. El virtuosismo o la mecánica de la interpretación muda en expresividad. Es un creador. Un artista que sabe lo que quiere y qué tiene que hacer para conseguirlo. Desconcierta su seguridad y sobre todo su ausencia de ego. Supongo que no tardaremos en tener nuevas noticias de este trompetista y su quinteto. Según comentó, ya tiene nuevo disco en directo y está poniendo a punto otro, los dos para Blue Note y pendientes de publicación.
Cando a música non sona coma música e o silencio e algo imposible, a non ser que estés morto.
ResponderEliminarJohn Cage
No cabe duda de que esta música no puede perder nunca la búsqueda de la sorpresa o por lo menos debiera intentarlo. Como oyente es lo que más agradezco y valoro. Saludos.
ResponderEliminarBird