martes, 29 de octubre de 2013

MICHEL CAMILO, pianista y compositor






«El jazz no solo se toca:
se vive»



El miércoles, día 30, a las 21 horas, Michel Camilo ocupará el escenario del Palacio de la Ópera coruñés en una nueva propuesta del ciclo Jazzatlántica. El referente del jazz latino estrenará en España su último disco, «What’s up?» (Okeh Records, 2013), un repertorio a piano solo. Pero no será la única oportunidad para escuchar a este gran pianista. Los días 1 y 2 de noviembre acompañará a la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG), bajo la dirección de Leonard Slatkin, en un repertorio dedicado a Georges Gershwin.







No será la primera vez que Michel Camilo toque en A Coruña, como tampoco será la primera vez que coincida con la OSG. Ocurrió en el 2006 y en aquella ocasión se jugaban los Grammy Latinos al Mejor Álbum Clásico del Año; la Sinfónica con su Concierto Barroco, y el pianista por Rahpsody in Blue. Finalmente se lo llevó Michel Camilo, pero ahora tendrá la oportunidad de tocar esa obra con la OSG. Con una trayectoria impecable. Referente claro del jazz latino, su capacidad y expresividad musical va mucho más allá de cualquier tipo de etiqueta. No hay fronteras musicales para este pianista poderoso y de enorme talento que se enfrenta con honestidad a sus distintos proyectos, en los que siempre destaca la brillantez en la interpretación y su sentido del espectáculo.

En A Coruña presentará su nuevo disco, What’s Up?, un título en el que se pregunta «qué hay de nuevo». Es un guiño o es que realmente se pregunta si hay algo nuevo en jazz?

El título What’s Up? es más para decir como qué sucede conmigo y en qué estoy metido últimamente.

A Coruña presentará en España este nuevo trabajo. Qué supone para usted volver a esta ciudad, a Galicia, donde imagino que sabe que tiene muchos seguidores.

Me siento feliz de regresar a Galicia, esta vez presentando mi nuevo trabajo discográfico en solitario. Pero además, durante esta visita actuaré por primera vez como solista invitado de la Orquesta Sinfónica de Galicia, dirigida por el Maestro Leonard Slatkin.

Volvamos al disco. Se trata de un ambicioso proyecto a piano solo. Ya había grabado Solo en 2005, ¿por qué decide volver quedarse a solas con la música?

Pienso que uno de los retos más grandes para cualquier pianista de jazz es el de poder contribuir a la rica tradición del piano solo. En este álbum expreso mi deseo de explorar contrastes de colores, texturas armónicas, ritmos y matices. Aquí también expreso mi pasión por las influencias musicales que me han marcado como intérprete y compositor.

Estamos en crisis global, en pleno cambio de ciclo en el que ya nada es lo mismo. Cómo encara esta nueva etapa de su carrera. ¿Cree que hay que reinventarse de nuevo?

Sí, hay que seguir reinventándose constantemente para no dejar de crecer y también para seguir sorprendiendo a tu público. A mí personalmente me encanta el riesgo de lo desconocido. El reto para cualquier músico de jazz consiste en que al improvisar uno participa de un proceso de auto-descubrimiento en el que nuestra creatividad, originalidad y sentimientos se manifiestan. El Jazz no solo se toca, se vive…

What’s Up? contiene siete temas originales y cuatro versiones de estándares latinos y del jazz como Chan Chan, Take Five, Alone Together, Love for Sale, hablamos de intérpretes y compositores tan dispares como Compay Segundo, Dave Brubeck o Cole Porter. ¿Supone un homenaje a sus grandes influencias a lo largo de su carrera?

Sí definitivamente. Pero al mismo tiempo a cada uno de esos estándares le he tratado de imprimir mi visión personal. El arreglo de Chan Chan, por ejemplo, nace de sus cuatro acordes, los cuales me inspiraron a navegar cuatro niveles de intensidad. A Dave Brubeck le conocí en el escenario de la Grande Parade Du Jazz en Niza hace 20 años, cuando él (sin yo saberlo) me estuvo escuchando desde las bambalinas. Al final me dio un abrazo diciéndome: «¡Bienvenido al Jazz!» Luego más recientemente nos vimos en el Newport Jazz Festival y allí le comenté que estaba trabajando su patrón rítmico con mi mano izquierda y que pensaba hacerle un tributo adaptando una versión contemporánea del Take Five, basada en sus perpetuas complejidades polirítmicas. Las versiones de Alone Together y Love for Sale son mucho más íntimas y seductoras de como se tocan normalmente y de esta forma hay más espacio para disfrutar y ampliar el lienzo armónico de las mismas.

Abre con What’s Up?, tema en el que explora la tradición pianística de Nueva Orleans, donde surgió este estilo en jazz, y cierra con At Dawn, melódico, más íntimo, de revisión interior. ¿Existe intención cronológica en la presentación de los cortes o es una especie de viaje guiado para el público por la tradición y estilos pianísticos en el jazz?

Para mí la visión de este proyecto fue como un libro de posibilidades abiertas en donde todos viajamos juntos por los diferentes capítulos hasta llegar al epílogo At Dawn. Para comenzarlo tenía claro que quería entrar con un blues: What’s Up?, con influencias de Nueva Orleans, Honky Tonk, Stride Piano y hasta del Spanish Tinge. Luego hay momentos introspectivos como A Place In Time con sus matices de nocturno/milonga a manera de recuerdo de mi bajista cubano Charles Flores que se nos murió de cáncer el año pasado. O hay matices románticos como en Sandra’s Serenade que fue mi regalo de San Valentín a mi esposa Sandra cuando la grabé el 14 de Febrero. También hay momentos calientes de Latin Jazz como Island Beat, Paprika y On Fire celebrando la clave 2:3 ó 3:2 y sus respectivas combinaciones.

«Me pongo al servicio de la música»


En A Coruña tocará en el Palacio de la Ópera (donde ya actuado), que tiene un aforo de cerca de 2.000 localidades. ¿Cómo se prepara para afrontar un concierto de este tipo con la presión de estar solo en el escenario?


Nunca pienso en el aforo sino que en cada concierto me pongo al servicio de la música intentando dejar que el espíritu de cada composición e improvisación fluya libremente en mí. Me llena de gran satisfacción cuando el público vibra y conecta, y todos nos volvemos uno en este viaje musical.

La fusión de la música latina y el jazz dio paso a otro universo musical. Abrió la puerta a la experimentación de la improvisación y el ritmo. El jazz latino caló como lenguaje, ¿cree que ahora es necesario una revisión del género, nuevas ideas ante tanta fusión musical?

Hemos ya venido ampliando horizontes desde hace años. Lo primero es que mi generación ha estado experimentando con ir de ritmos binarios o ternarios, a compases con métrica de cinco, siete, once y trece tiempos; cuidando de que siempre haya mucho sabor y swing… Por otro lado, me consta que la generación actual de músicos de latin jazz se ha preocupado por conocer y estudiar el mainstream del jazz tradicional, con lo cual creo que hoy se cumple la visión de los fundadores como Dizzy Gillespie, Chico O’Farril, Bebo Valdés o Mario Bauzá en donde los muros han caído, y como siempre ha sido en el arte todo es posible cuando se hace con preparación y entrega.

En su trayectoria ha sonado el jazz latino, el jazz, el flamenco, el repertorio sinfónico y la música popular. Son compartimentos independientes o la variedad ha creado un maridaje musical que forma parte de su expresión musical.

Mi vida ha sido música desde los cuatro años debido a que nací dentro de una familia de varias generaciones de intérpretes y compositores. Algunos eran populares y otros clásicos, pero nunca sentí que había división entre unos u otros sino un diálogo... Quizás es por eso que titulé uno de mis discos Triángulo (nominado al Grammy) tratando de reflejar mis tres mundos musicales: la improvisación jazzística, mi formación clásica y mis raíces latino-caribeñas.

Los proyectos con el guitarrista flamenco Tomatito a principios del 2000 fueron todo un descubrimiento y un éxito en lo musical. ¿Cree que podrán volver a retomar esta iniciativa?

Ya lo hemos venido haciendo. En el 2006 grabamos el Spain Again y realizamos una gira mundial de 45 conciertos. Luego desde el 2 de Noviembre del 2012 comenzamos otra gira llamada Spain Forever con un nuevo repertorio que va creciendo de concierto a concierto. Esta gira mundial hasta ahora nos ha llevado por Ginebra, Madrid, Barcelona, Gijón, Nagoya, Kawasaki, Tokio, Estambul, Perugia, Luxemburgo y Rotterdam. Y también tenemos ya varias fechas reservadas para el 2014. Seguimos haciendo música juntos porque ambos somos buenos amigos y nos la pasamos súper bien dentro y fuera del escenario.

No suele actuar en clubes, pero entre las raras excepciones está uno gallego, el Café Latino de Ourense, donde actuó en varias ocasiones. ¿Qué le une a esta tierra?

Tengo grandes vivencias del Café Latino de Ourense y de cada una de mis visitas. En España ha sido hasta ahora el único club de jazz donde me he presentado, ya sea con mi trío o en solo piano. El ambiente es muy especial y uno se siente como si estuviese tocando en Nueva York. Hay mucha historia y tradición del jazz allí y la audiencia es fabulosa, además, ¡en toda Galicia se come fenomenal!

Publicado en el Fugas ()
 






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